En Chile, gracias a nuestra geografía, tenemos el privilegio de contar con cerca de 275 fuentes termales. Todas ellas con propiedades curativas y muy relajantes. Algunas más rústicas que otras, pero todas ellas con paisajes hermosos y temperaturas ideales para disfrutar.
Las aguas termales se caracterizan porque provienen del interior de la tierra, cargadas con un alto contenido mineral y temperaturas que pueden llegar hasta los 150ºC.